¿Donde
quedó el suave escalpelo de tus versos andróginos y militantes?
¿De que cuneta alzaremos tu recuerdo
necesario
y lo convertiremos en grito, en lema catártico?
¿De que prisión del espíritu
redimiremos
la pena
del olvido rancio y polvoriento?
Nunca
me hiciste más falta,
nunca
te eché tanto de menos…