Me
entristecen hasta el llanto
las
mujeres domesticadas,
ignorantes
del dogal.
Mujeres
que juegan a juegos ajenos,
con
normas escritas por otros.
Mujeres
que simulan tomar decisiones
y
acaban diciendo “ que te parece?”
Mujeres
que son el resultado
de
una ecuación en que la incógnita
es
más que predecible.