LOS DESECHABLES.

Mi tierra está grávida

de muertos ignotos, fungibles,

de historias en su mayor parte

absurdas y banales

(o así le parecen a quien no las vive)

de gente humilde e iletrada

que siempre fue

base de pirámide alimentaria,

inicio de cadena trófica,

centro de la campana de Gauss,

pasto de depredadores prehistóricos,

sueños de prosperidad leves, etéreos,

que ignoran que la suma de sueños,

su homeopático peso combinado,

es millones de veces mayor

que la autocomplacencia suicida

de los habitantes de la cima.

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