CIUDAD TRES.

En mi ciudad ya
no hay palomares

ni calles sin
asfalto.

Ya no hay
adoquines

ni tilos en la
avenida.

Ya no quedan
mujeres que vendan

huevos por las
calles

ni ancianos
vendedores

de gavillas de
espárragos silvestres.

Los niños no
juegan en las calles

que fueron
colonizadas

por paseantes de
perro.

Mi ciudad lleva
mal la madurez.

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