Para ser conato
de poeta
me cuesta mucho
comprender
el romanticismo
al uso,
los “Para
Siempre”,
el “Soy Tuya y Tu
Mío”,
aquello de “Más
que a Nada en el Mundo”,
las mayúsculas y
capitulares
que incluso
adquieren sonido
de figura
retórica.
La vida me ha
frotado
muchas veces el
hocico
contra mis
errores y los absolutos,
poniéndole fecha
de consumo preferente
(que no de
caducidad)
a mis amores y
odios.
Mis emociones,
en cualquier caso,
no durarán más
que yo.