BOTÁNICA DE SECANO.

El intento

en mi caso

de ser poeta
lúcido

no pasa de ser

puro
funambulismo verbal,

una suerte de
botánica de secano

que quiere
extraer del yermo

ilusión de
belleza

y lo que obtengo

está a medio
camino

entre lo
pragmático

y lo
decididamente kitsch.

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