EXORCISMO.

Quiero exorcizar
la ofendida sorpresa del anuncio,
suave y venenosos,
de que la vida,
con todo su peso y bagaje,
me alcanza y me arrolla
como el anuncio de un desahucio;
y solo me queda
la contemplación
de telarañas abandonadas,
de destellos en el agua
y el sabor salino
del mar en mis ojos.

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