A
lo mejor te parece extraño,
pero
en ocasiones
me
asusta la sordidez
de
algunos de mis pensamientos,
que
reptan y hozan
en
la más abyecta incorrección política
y
así me sorprendo
a
mí mismo
mirando
por encima
de
mi hombro,
temiendo
la presencia censora
de
algún ente todopoderoso
o,
peor aún,
la
mirada de comprensión,
de
complicidad vil
de
otro como yo.