Cada puerta que cierro
es una lápida vertical
que entierra un sueño.
Cada vuelta de llave
en la mohosa cerradura
es una paletada de tierra,
asfixiante y opaca.
Cada candado,
cada mordaza,
cadena o pestillo
condena más
al destierro
al joven traicionado
por mí mismo
que fuí