A la parca la dibujan flaca,
ósea, enlutada
Pero tras los años (quince ya)
yo la recuerdo distinta.
Tal vez se acomode
a los ojos de cada cual,
pero la que yo vi,
la que vino a ayudarnos,
lo hizo arropada de belleza,
de cariño, de oro y juventud.
De dulzura y respeto.
De silencio.
Apenas me miró
y de dicó sus atenciones
a aquella que, sin palabras ya,
la reclamaba.
Luego todo fueron doctores,
caos ordenado y veloz
y líneas que se obstinaban
en su rectitud euclídea
y tu presencia ausente…