Las conciencias acabarán por despertar, pero siempre será demasiado tarde para tantas…

Rosales
marchitos a fuerza de febrero

Y
cumulonimbos orondos de sol y lluvia

¿Donde
estás en esta tarde huérfana de siestas?

Van
a volver tiempos

De
miserias urbanas,

Pero
no habrá un Dickens

Capaz
de glosar sus tristezas.

HAIKU OTOÑAL.

Tengo dos octubres en mi ánimo

Y un cartapacio de papeles

Que me miran y sonríen.

Lloremos,
ya que hay que llorar

Y
hagámoslo con prodigalidad, 

Con
hondura, con desgarro,

Con
hipidos. 

Nada
de medias tintas.

Dejemos
salir al llanto 

Como
los niños al recreo,

O
como jubilados a un Buffet libre,

O
como quien se enamora por primera vez.

Si,
lloremos sin que importe si nos ven,

Y
amemos nuestra tristeza

Que
mañana no será sino niebla y recuerdos. 

Bufa
el mestral, com a dervix giròvag,
Espaventant els gossos sota
la meua pell.
Enfollint-los, engrescant-los
Fent malaltia
de l’oratge

brut
de nit i cendres,
De calentura i malsons.
Soc llit de
grava, de terrossos humits
Soc nit d’arrels i pluja dolça.

Hamlet
ya los confundía

y
yo esquivo el miedo

haciendo
prácticas tuteladas.

Porque,
al fin y al cabo,

¿que
es el sueño

sino
una muerte subrogada?

Necesitamos
más lucidez y menos patrias

Necesitamos
más poetas y menos banderas,

Necesitamos
más manos y menos teóricos.

Necesitamos
más poetas y menos censuras.

Necesitamos
más piel y menos olvido.

Necesitamos
más poetas y más viento del pueblo.

¿Donde
quedó el suave escalpelo de tus versos andróginos y militantes?

¿De que cuneta alzaremos tu recuerdo
necesario

y lo convertiremos en grito, en lema catártico?

¿De que prisión del espíritu
redimiremos
la pena

del olvido rancio y polvoriento?

Nunca
me hiciste más falta,

nunca
te eché tanto de menos…